NOSOTROS LOS TÍMIDOS, 3

MUSEO I

LA DESCONOCIDA

Tú, que con este anillo tomas esta muchacha para ti
y sólo le das lo que ella necesita para sufrir el niño que ella traerá al
     mundo,
cuídate. En ella, detrás del velo, hay una Desconocida.
Tú no la conoces, a ti no te importa;
tú no preguntas, tú no ves.
Cuídate. Ahí está la Desconocida —cuídate.
La niña misteriosa que mantiene sus ojos cerrados,
ella está ahí, sola, vacía, alterada...
cuídate. En las sombras alrededor de ella
está el viento acongojado, está el duelo del otoño,
está la laguna clara que se estremece entre la caña,
está el llanto del pájaro en fuga,
está la fragancia de una tierra perdida que busca a tu niña y la llama,
y la tristeza de ella está en la casa,
y la soledad de ella está en tus brazos...
Cuídate. Alguien vendrá y le robará una mirada:
él la reconocerá, la Desconocida;
él la encontrará, la perdida;
él se reunirá de nuevo con ella, el exilio;
él la amará, a ella, a quien tú nunca has visto;
él te la quitará, a ella que espera ser arrebatada;
él se apoderará de ella, a ella a quien tú nunca has poseído,
la niña misteriosa cautiva en tu esposa...
Él te dejará tu esposa vacía,
él te dejará sus manos laboriosas,
él te dejará sus vestidos de paseo
     y su cuerpo que es sólo un vestido más pesado,
él te va a dejar tu esposa, a quien tú usas...
Pero raptará de ti, que no tienes necesidades,
la niña, inútil como una flor en un campo de granos...
Y nadie te habrá robado nada.

Marie Noël


EL DESCONOCIDO

(Para JS/07/M/378 este monumento de mármol es erguido por el Estado)

El Departamento de Estadísticas determinó
que él era un hombre contra el cual no había acusación oficial alguna,
y todos los reportes sobre su conducta concuerdan
que, en el sentido moderno de una palabra anticuada,
     él fue un santo,
porque en cada cosa que hizo sirvió a la Gran Comunidad.
Excepto por la Guerra, hasta el día que se retiró
trabajó en una factoría, y nunca fue destituido,
y más aún, complació a sus empleados, Fudge Motors Inc.
Tampoco era un bribón o raro en sus ideas
porque su Unión reporta que pagó sus cuotas
(nuestro reporte indica que su Unión era legal)
y nuestros trabajadores de Psicología Social encontraron
que era popular entre sus compañeros y que le gustaba un trago.
La Prensa está convencida de que compraba un periódico cada día
y que sus reacciones a los anuncios eran normales
     en todos los respectos.
Pólizas sacadas en su nombre prueban
     que estaba completamente asegurado,
y su Tarjeta de Salud indica que estuvo una vez en el hospital
     pero que cuando salió estaba curado.
Tanto la Investigación de Productores como
     la Vida de Calidad Superior declaran
que era totalmente sensible
     a las ventajas de Compra y Venta a Plazos,
y que tenía todo lo necesario para el Hombre Moderno:
un fonógrafo, una radio, un coche y una nevera.
Nuestros investigadores de Opinión Pública están contentos
porque él tenía las opiniones propias para cada ocasión del año;
cuando había paz, él la defendía; cuando había guerra, allá iba.
Estaba casado y añadió cinco hijos a la población,
cantidad que dice el Eugenista es el número exacto
     para un padre de su generación,
y nuestros profesores nos informan que nunca interfirió
     en la educación de sus hijos.
¿Fue libre? ¿Fue feliz? La pregunta es absurda:
si algo hubiera estado mal, nosotros
     seguramente lo hubiéramos sabido.

“The Unknown Citizen”
W. H. Auden



NO TE MATES

Carlos, tranquilizáte, el amor
es eso que estás viendo:
hoy un beso, mañana no beso,
después de mañana, el domingo;
y el lunes, nadie sabe
lo que será.

Es inútil que resistas
e igualmente, suicidarte.
No te mates, no te mates,
resérvate para las bodas
que nadie sabe cuándo vendrán,
si es que alguna vez llegan.

El amor, Carlos, telúrico,
pasó la noche contigo,
y ahora tu interior está levantando
un alboroto inefable,
jugadores,
vitrolas,
santos que se persignan,
anuncios del mejor jabón,
un alboroto que nadie sabe
de qué, para qué.

Entretanto, tú caminas
melancólico y vertical.
Eres una mata de palma, eres un grito
que nadie escuchó en el teatro
y todas las luces se apagaron.
Amor en la oscuridad, no amor a la luz del día,
es siempre triste, mi hijo, Carlos,
pero no le digas nada a nadie
nadie sabe ni deberá saberlo.

“Não se mate”
Carlos Drummond de Andrade



EL SEÑOR Z

Muy pequeño aprendió que el color de la piel de su madre
era un vestigio del pecado,
se vistió y habló el perfecto papel del honor;
ganó becas, asistió a las mejores escuelas,
desconoció parentesco con el jazz y las hechicerías,
optó por opiniones prudentes y sin transigencia para cada ocasión
o, cuando no podía nítidamente seguir el borde de disensión,
confrontó el dilema, firmemente defendiendo
toda posición pro-anglosajona.

En la comida, también su práctica fue ejemplar:
se alejó de la carne de cerdo y sus formas profanas;
era un experto en vinos de buena cosecha, en salsas y en ensaladas:
su paladar rehusaba el pan de maíz, la batata, los repollos.

Él tuvo el mismo cuidado cuando eligió a quién besar:
su novia había perdido su judaísmo en algún lugar,
aunque eligió quedarse con sus ojos azules; un prelado episcopalita
los proclamó una pareja versátil.
Eligieron la residencia conveniente, aquí y en el extranjero,
evitaron esos lugares donde los podían excluir;
y hasta no les gustaba que los invitaran a cenar
donde los anfitriones proveían
un acento judío o exóticos colores de piel.

Y así él ascendió, desatrancado por cargas éticas,
una planta transportada por avión, floreciendo sin raíces.
Ni siquiera una nota falsa fue tocada-hasta que murió:
su sutilmente dolorosa viuda podría haber desollado
los escritores necrológicos, vociferando correcciones rudas
sobre una frase torpe:
“Uno de los miembros más distinguidos de su raza”.

“Mr. Z”
M. Carl Holman




NOSOTROS

Oh muchacho oh joven camarada
es ya demasiado tarde para permanecer en esas casas
que tus padres construyeron cuando te edificaron para engendrar
y amontonar dinero sobre dinero
es demasiado tarde para hacer o contar lo que fue hecho

Cuenta más bien esas posesiones fabulosas
que comienzan con tu cuerpo y tu alma ardiente:
los cabellos sobre tu piel, los músculos que se extienden
en hileras con lagos a través de tus miembros

Cuenta tus ojos como joyas y tu precioso sexo de oro
entonces cuenta el sol y las luces innumerables
brillando sobre las olas y estrellándose sobre el suelo
Es demasiado tarde ahora para quedarse en esas casas
          donde los espíritus son prisioneros
damas como moscas prisioneras en ámbar
financieros como fósiles de pescados en carbón.

Oh camarada, sal de la pared sólida
ve a reconstruir y a dormir con una amiga en la colina
ve a rebelarte y recuerda que tienes
lo que ningún espíritu tuvo sepultado en su mansión.

“Us”
Stephen Spender




TEMPRANO EN LA TARDE

La conocí temprano en la tarde
los carros se iban ya a casa
yo tenía veinticuatro años y soñando
mi cabeza estaba llena de sombras que el resplandor de ella elimi­naba
bajo su vestido sus senos querían salirse
era temprano en la tarde
la primavera estaba sólo a unas cuantas calles de distancia
en los parques cerrados las hojas trataban
las tabernas no tenían nada que darnos
temprano en la tarde
cuando las barandillas de la calle se quemaban
no había mucho que hacer sino estar juntos

Ella derivó en sueño temprano en la tarde
su cabeza en la almohada
el sol que se desplomaba alrededor de ella
se deslizó por la ventana
temprano en la tarde
algunos pájaros aún cantaban en los tejados
sus corazones habrían cabido en hueveros
era temprano en la tarde
el cielo tornaba púrpura
el vestido de ella yacía en una silla junto a la ventana
temprano en la tarde ella se lo había quitado de encima
ella estaba despierta y estaba soñando
su cabeza estaba libre de sombras
su vientre resplandecía
nunca había imaginado un cuerpo tan amoroso
nunca había imaginado un cuerpo tan floreciente
temprano en la tarde nos sorprendimos el uno al otro
mientras se cerraban las oficinas
y las parejas tomaban los teléfonos
y todas las líneas se comunicaban
temprano en la tarde
no había mucho que hacer entonces
y tampoco nada mejor.

“Early in the Evening”
Brian Patten



CHANNING WAY, 2

Debí haberte dicho
que el amor es algo más
          que estar abrigado en la cama.
                                                            Más
que individuos buscando un cómplice.
Incluso más que un deseo de compartir.

Podía haberte dicho
que amor, cuando más, es dar lo que necesitas conseguir.

Pero estaba lloviendo
y no teníamos un lugar a dónde ir
y paseando por las calles en un taxi
          recordé
que las palabras solamente son necesarias
          después que el amor se ha terminado.

Rod McKuen


UNA NOVELA BREVE

Una mujer tomó un hombre por esposo, pero las cosas no le salie­ron bien.

Ella llegaba después de excavar en el jardín. “Gusanos en el repo­llo”, decía ella. “Los cuernos luminosos de Moisés”, respondía él.

Ella estaba golpeando el caldero en la cocina. “El plato roto”, decía ella. “La princesa está bailando en el salón de baile”, respondía él.

Ella estaba zurciendo medias al lado de la chimenea. “El desgarrón en la costura”, decía ella. “Dos pájaros en el mon­te”, respondía él.

Ella llegaba, después de conversar con los vecinos. “Me voy”, decía ella. “El viento en la orquídea”, respondía él.

Así que la mujer empacó su maleta, se marchó al pueblo más cerca­no, donde otro hombre la enamoró.

“Gusanos en el repollo”, ella le dijo. “Sin duda”, él le res­pondió.

“El plato roto”, ella le dijo. “Exactamente como siempre yo había pensado”, él le respondió.

“El desgarrón en la costura”, ella le dijo. “Y ni siquiera un momen­to más tarde”, él le respondió.

La mujer tomó el hombre por esposo. Ellos prosperaron, criaron una familia, y envejecieron en el curso sereno de sus días. El hom­bre murió mirando por la ventana el mundo de afuera. La mujer murió con sus ojos firmemente cerrados. Sus hijos les hicieron un entierro grandioso, y se cambiaron de nombre.

“A Short Novel”
Peter Everwine





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